Así lo aseguró el director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Enrique Cabrero Mendoza, al exponer ayer los pormenores del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECITI) 2014-2018, y que fue presentado el 27 de junio pasado.
A partir de una inversión de uno por ciento, un país realmente logra empezar a tener una dinámica donde el conocimiento va teniendo un mayor impacto en el sector productivo, expuso en rueda de prensa.
Asimismo a partir de dicho porcentaje, la inversión que hace el sector productivo en ciencia y tecnología va teniendo un mayor impacto en el conocimiento y empieza a generar un círculo virtuoso. Es por ello, insistió, que la meta de inversión en ciencia y tecnología del PIB sea de uno por ciento para 2018, ya que los estudios revelan que la dinámica empieza a cambiar en un país.
Reconoció que aunque el 0.51 por ciento alcanzado en 2013 resulta un gran avance en materia de inversión en ciencia y tecnología, el efecto todavía no es tan perceptible.
Sin embargo, en la medida en que se alcance ese umbral de uno por ciento la curva del crecimiento será exponencial y comenzará a dispararse y se percibirán cifras de crecimiento de manera más rápida, yendo de 1.3 a 1.5 y 1.8 por ciento.
Eso, observó Cabrera Mendoza, es lo que hacen países como Corea del Sur, Finlandia o Israel tengan incluso inversiones por arriba del cuatro por ciento, porque le entraron de lleno a esta dinámica de la economía del conocimiento.
Por ello somos un país que tiene que hacer un fuerte esfuerzo en ciencia e innovación para alcanzar los derroteros que tienen otras naciones, subrayó.
Este es el objetivo del PECITI, para lo cual define cinco grandes objetivos que son contribuir al crecimiento de la inversión nacional en ciencia, tecnología e innovación.
Asimismo formar capital humano altamente calificado, fortalecer el desarrollo regional, fomentar la vinculación con el sector productivo y fortalecer la infraestructura científica y tecnológica del país. Notimex