1. Usar contraseñas comunes en cuentas sensibles
2. Anotar las contraseñas en papel y dejarlas pegadas en el lugar de trabajo
3. Dejar documentos sensibles en la impresora o en el escritorio
4. Dejar las credenciales de acceso en el escritorio o en cajones
Ahora, enlistamos una serie de malas prácticas que ponen el peligro a tu empresa y a los mismos empleados. Ignorar estas buenas prácticas puede abrir la puerta a incidentes de seguridad que causen un impacto económico considerable.
1. Impresoras. Este dispositivo aparentemente inofensivo puede poner en peligro tu red corporativa. Muchos empleados han asegurado que ha copiado, escaneado o imprimido información confidencial en el trabajo sin precauciones. Debería ser imperativo introducir una clave o contraseña para acceder a su sistema de impresión.
2. Aplicaciones. Desconocer qué servicios en la nube utilizan los empleados. Es necesario evaluar los peligros que puede suponer el uso de aplicaciones y servicios no autorizados expresamente por los equipos de seguridad.
3. Celulares: La falta de preparación y de protocolos ante la pérdida de dispositivos corporativos, ya sean móviles, ordenadores, tabletas, etc., los cuales pueden contener información confidencial y acceso a correos.
4. Conexiones abiertas. Es fundamental que los empleados, en la medida de lo posible, eviten conectarse a través de conexiones abiertas. En casos excepcionales en que esta conexión tenga ser llevada a cabo, deberán hacerlo a través de una VPN que pueda proteger sus datos y, sobre todo, la información delicada que pueda tener, minimizando así los posibles riesgos.
Redacción C21