Durante mi carrera me he beneficiado significativamente de personas que han tenido más confianza en mí de lo que a veces tuve en mí mismo. También he recibido ayuda de personas que me han brindado comentarios muy directos sobre cómo puedo estar bloqueando mi crecimiento, y otros que me han señalado los puntos ciegos y los pasos a seguir para continuar mi desarrollo. Estas lecciones han creado un marco que me ha ayudado a trazar mi rumbo y también a evaluar y colaborar tanto a los equipos líderes como a los que contribuyen de manera individual: las cuatro fases del liderazgo.
La fase uno es una fase de eficacia. Aquí es donde la capacidad, la ejecución y las habilidades básicas de gestión juegan un papel fundamental y un líder llega a un lugar en el que es eficaz en lo que hace. La eficacia le otorga una insignia por ejecutar bien y ofrecer resultados de valor. Esto es algo que está en juego y una base esencial para una carrera. Pero para crecer como líder, se debe ir más allá de dominar su trabajo de manera efectiva.
La fase dos se trata de escalabilidad, es cuando una persona pasa de liderar un equipo de 5 a 25, a 50, a 500, o a 5000. Cada una de estas posiciones es un conjunto de competencias y comportamientos diferentes. Al igual que en la tecnología, hay una escala en el liderazgo y ese viaje requiere que los ejecutivos mejoren sus capacidades en comunicación, gestión del tiempo, delegación, empoderamiento, gestión del cambio, gestión de conflictos y gestión de crisis. Este es también el momento en el que probablemente se le presenten por primera vez conceptos más allá de su función principal: ejecutará un portafolio, habrá acciones administrativas que debe tomar, necesitará comprender las finanzas de su equipo y definir su estrategia.
*PayPal SVP and CTO